La buena de Sheryl Crow era la niña bonita de la industria musical en gringolandia a principios de los 90, desde que le llenasen el zurron de Grammys con su disco Tuesday night music club y su temilla ese, All I wanna do. Mi impresión de que la tía era bastante mas que una cara bonita colgada de la chepa de un productor quedó refrendada en su disco de continuación, que se hizo esperar hasta 1996, y que llevaba por título su propio nombre. Además de unas cuantas de esas canciones destinadas a su distribución masiva (pero eso si, con base rockera y actitud; nada de eso se escucha hoy por hoy en los 40 y similares), el disco de marras contiene 2 pedazo de temas, de una profundidad conmovedora y escritos por ella misma, que es la mercancía que os traigo hoy.
Vayamos por partes: sexto corte del disco y con título evocador (nos viene a la cabeza Marley y su Redemption song). Damos al play y lo que suena es casi gospel, sobre un redoble de tambor y una guitarra acústica por todo acompañamiento, que se eleva hasta hasta un final catártico. Hasta el gran Johnny Cash, en aquella serie de discos imprescindibles que grabó a las ordenes de Rick Rubin en American Records, se rindió a este tema cuando mas cerca veía el hoyo y la lápida. Mucho nivel.
Aquí os la dejo; primero Spotify: Sheryl Crow - Redemption day. Seguimos con una actuación en directo de 2003, un poco distinta.
Y para finalizar, silencio, el dr. Johnny Cash en su testamento
Pausa, nos recomponemos, y seguimos con el disco. ¿Y que nos espera en el corte 9? Una brutal wah guitar y un órgano wurlitzer que marcan el rítmo, la voz cavernosa de Sheryl y un fraseo danzarín. Ganas de saltar, de agitar la cabeza, de echar un casquete... the joy of life. En fin, vamos al grano. Primero vía Spotify: Sheryl Crow - Love is a good thing. Y de seguido, en concierto en 1994, cuando aun estaba trabajándola.
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