Hoy os traigo el primer supergrupo de la historia del rock'n'roll (Cream: Eric Clapton, Jack Bruce y Ginger Baker. Purita dunamita.), y uno de los solos de guitarra mas memorables que jamas se han escuchado, justamente a cargo de un tipo al que ya en su juventud comparaban con Dios, el inquieto Eric Clapton. Este de White room es uno de esos punteos en que te pasas toda la canción esperando a que llegue, que sabes desde el comienzo que todo esta pensado alrededor de esos segundos de inspiración, que básicamente lo que precede son ejercicios de calentamiento... cosas de esas que te pasan con Freebird y pocas mas. Ya veréis ya.
El bueno de Clapton iniciaba una nueva aventura (no sería la última; quedaban todavía Derek & The Dominos y Blind Faith), antes de establecerse en solitario y la apuesta no era menor; Bruce y Baker eran unos implacables instrumentistas y a Clapton se le quedaba estrecho el "palo" que dominaba sin discusión como estrella de esa banda que fue John Mayall & The bluesbreakers. El hecho de que se decidieran por la psicodelia y un drum&bass demoledor habla bien a las claras de su altura de miras y su vocación por transitar por territorio Comanche. Mucho ruido y un huevo de nueces. Esa actitud kamikaze al mismo tiempo traía consigo una claúsula de autodestrucción: quien honestamente se consagra a correr a toda pastilla al borde del abismo sabe de sobra que el único final es caer por el precipicio. Es el precio de la grandeza - salvo en el caso de los Stones, que contaban con el cerebro portentoso (cráneo privilegiado que diría Valle-Inclán) del sibilino Jagger.
Durante los 3 años en que se soportaron (en medio de una orgía psicotrópica), lanzaron 4 discos memorables entre los que destaca el doble álbum Wheels of fire (1968) del que sale el tema que os propongo. Uno de esos monumentos de blues evolucionado que ya deberías tener en tu poder, colega. No me atrevo a decir mas, que luego me llamáis pedante. Poned el tocata a todo volumen y preparaos para volar a la estratosfera.
Primero, en una actuación de la época, donde se aprecia crsitalinamente esa conexión eléctrica entre los 3 y la voz poderosa de Bruce.
Y después, la versión grabada en el disco, mas académica. Pero el punteo es inmejorable. De verdad.
Y la letra, a cargo de Jack Bruce y Pete Brown, aquí.
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