lunes, 2 de enero de 2012

Malevaje - Arroz blanco

De propina, hoy os traigo uno de esos grupos malditos (de los que le dan estupenda fama al malditismo) que surcan el océano a su puto rollo: Con ustedes, Malevaje. Grupo formado a principios de los 80 en el Madrid de la movida, se parecía como un huevo a una castaña a todos esos roquerillos de salón y provocadores de portería (Almodovar y McNamara; uuuuyyyyyyyyy que sofocooooooossssssssss) que prosperaban cual ortigas en aquel espacio gobernado entonces por Tierno Galvan. 

 

Para empezar, su especialidad era cuando menos poco explorada por aquellos andurriales: tango porteño, con chulería y retranca.  El impagable Antonio Bartrina los lideraba, con actitud, pose y maneras de garufa porteño (dícese del hombre que gusta de la diversión y la fiesta), acompañado de una sólida banda donde sobresalía un experimentado acordeonista argentino. Sus primeros discos contenían versiones de viejos clásicos, revitalizados con la potencia expresiva de Bartrina (que es mas gato que el puente de Vallecas), y descrubrieron el género a gente, que como yo mismo, andaba alejadísimos de el. A partir de 1987 en sus discos lucían integramente canciones propias, como esta que hoy os propongo: Arroz blanco.


Extraída del disco de 1987 Arriba los corazones, esta milonga (sea lo que lo que sea que signifique el término) nos resume muy apropiadamente el palo del que iban estos muchachos: acordes simples, potencia expresiva y una historia de bajos fondos, mujeres que fuman y hombres camino de la perdición. ¡Lo que molaban! En fin, aquí os dejo una especie de video-clip de la canción, que si bien creo que es la mas célebre de las que compusieron, no he conseguido encontrarla cantada en directo en youtube.


Y la letra os la apunto yo mismo:

Qué desolación me da
ver la nevera vacía
con lo bien que yo comía
en casa de mi mamá

A la vuelta de una farra
bien mamao como es debido
que bien sienta una cenita
pa luego dormir tranquilo.
No se sueña nada ilustre
cuando el buche esta vacío.

Me cruzo con el vecino
al volver de madrugada,
él marcha pa su trabajo
y yo me voy pa la cama.

Con sonrisa desdichada
me planta los buenos días,
luego con paso cansino
y la cabeza agachada
se va pensando: Qué vida!
Yo a currar y este de farra.

Recorro todos los bares
como paradas de Pascua,
en cuanto llega la noche
ya estoy otra vez en danza.

Las mujeres me sonríen
y me miran de reojo,
vaya usted a saber que piensan
al mirarme de este modo;
no hay nada que más me atonte
que un bonito par de ojos.

Así transcurre mi vida
de Garufa consumado,
aunque a veces la despensa
sólo contenga arroz blanco.

No escribirán mis hazañas
tal vez no soy muy decente
no es vida muy trascendente
pero es la que me ha tocao.
Y me río cuando pienso
"Que me quiten lo bailao"

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