Hubo un tiempo, los magníficos 90, que en un pueblo de Bizkaia llamado Portugalete surgieron, crecieron, se bebieron hasta el agua de los floreros, y tocaron endemoniados hasta en ferias de ganado (literalmente) una banda de auténtico rock'n'roll de nombre The flying rebollos, para luego desaparecer en un suspiro sin hacer nada de ruido. Como si nunca hubiesen estado por aquí.
Pero si que lo hiceron; recogieron la herencia de los Platero y tú (por lo demas, grandes compadres), le metieron mucha actitud bluesera, y demostraron por que es tan grande esta música - y esa forma de vivir. Los de Edorta Arostegi y el Polako dieron un bolo tras otro ganándose el respeto de cuanto individuo les escuchaba, y cuando los malos rollos (y Johnny Kontrol - ese gran gafe) aparecieron, supieron reconvertirse: rompan filas, aarrrrrrr, y algunos se integraron en la maquinaria de los Fito & Fitipaldis y Extremoduro, y otros acabaron montando el grupo Hash. Tanto talento, tanto reconocimiento y tan poca pasta cuajan malamente, asi que tuvieron que sobrevivir. Pero al menos lo han hecho con dignidad.
Los Flying grabaron una maqueta chungalí imposible de encontrar hoy en día, y dos discos (Verano de perros - 1993, y Esto huele a pasta - grabado 1996 pero que no salió a la luz hasta un año mas tarde) muy, muy, muy recomendables. Del segundo de ellos, cuando ya empezaban a volar los gorrazos (y asomaba, como la peste, Johnny Kontrol), he seleccionado el que posiblemente es su mejor canción de siempre (respetando siempre a los forofos de Modesta, Candela o Mis amigos, himnos etílicos de muchos de nosotros), Cuatro acordes, que en palabras de mi compadre Gonzalo, "es un tema mejor que el propio grupo". Pues eso, disfrutenla con los altavoces a tope. Y bebanse un par de pintas a la salud del grupo y de todos los garitos oscuros con serrín esparcido por el suelo donde aun se pincha rock'n'roll.
Os dejo la versión original, via Spotify: The flying rebollos - cuatro acordes, y tambien en un concierto relativamente reciente de los Hash, donde el bueno de Edorta se sube al escenario una vez mas (Kafe Antzokia, 2008). ¡A raaaaaassssssssss!
Y la letra, una mezcla entre los Platero y los Burning, para vuestro deleite.