Recuerdo cuando a finales de los 80 mi amigo Garate (Heavy de corazón) en el bus de camino a la ikastola me habló por primera vez de un grupo de Eibar que tocaba metal en euskera. Para mi era poco menos que imposible; el rock en euskera en aquella época era cosa de Baldin bada, Zarama, Hertzainak, Ruper Ordorika... ¡coño! hasta admitíamos a Itoiz musicando aquellos poemas de Bernardo Atxaga. Pero el heavy no entraba en la ecuación; eso si que era la última frontera de grandes espectaculos, fuego, explosiones, humo y mucha casquería.
Así que ahí andábamos el Garate y yo (el con pantalones elásticos y camiseta de los Iron Maiden, Helloween o Metallica; yo con mis John Smith negras y mi niki de Barricada o Guns'n'roses) discutiendo de esos temas, cuando por fin sacó el walkman y me dejó oír una maqueta grabada en cinta TDK de ese nuevo fenómeno de nombre SU TA GAR. Y cambió para siempre el panorama musical en Euskadi.
Poco después grababan su primer disco "oficial", Jaiotze basatia (1990), del que extraigo la canción propuesta, una impresionante Mari que hoy por hoy sigue siendo pieza clave en la memoria musical de las últimas 2 o 3 generaciones de vascos (al menos de ese subgrupo de los que amamos el rock y el ambiente euskaldun). Fueron ellos, con mas de 20 años de carrera, la espoleta para la proliferación de grupos metaleros de los 90, bandas que como EH sukarra, Idi bihotz o Latzen han llenado pabellones al ritmo de pesadas guitarras durante años.
Sea. Aquí os dejo Mari, en concierto hace 4 de años, celebrando en Durango los 20 años desde la grabación de aquella primera maqueta que escuché en un autobús escolar. Si no la habéis oído nunca, vais a flipar con el doble riff de guitarra y el ritmo infernal de batería y doble bombo. En el garito, chavaleria desbocada que no había nacido aun cuando los Suta se lanzaron a la carretera por primera vez.
La letra, inspirada en la mitología vasca, aquí mismito
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