Ben Harper es hoy por hoy lo que Bob Dylan un día fue y un puñado mas de lo que Bruce Springsteen se supone que es (lo mismo aplica a Elliott Murphy, pero esa es otra historia): autenticidad brutal y compromiso genuino consigo mismo. Y además es un autor colosal, ecléctico, autodidacta y experimental. Surfea habilmente por los cauces del blues, el rock, el soul mas profundo, el rap, el reggae y unos cuantos palos mas, guiándose únicamente por su instinto y su natural talento para encontrar la belleza en cualquier esquina.
Lleva a sus espaldas un apabullante historial de LPs inclasificables y
brillantes, un grupo de músicos francotiradores que bien parece su
familia, y una nada desdeñable legion de seguidores serenamente
impacientes por descubrir qué nuevas aventuras les propondrá cada vez. Y
no ha perdido por el camino ni una pizca talento y energía. Cuantos
matarían por un momento de inspiración, y a este le desborda a
borbotones.
Elegir una canción para este blog me ha resultado dificilisimo, así que casi Youtube ha decidido por mi; la grabación del Gold to me que os propongo era suficientemente buena, y además
contábamos con la impagable imagen de Harper embutido en un fardapollas
country mas propio de Dolly Parton. Así que ahí os la dejo en crudo, de
su album de 1995 Fight for your mind (¿que hacéis que no vais a la
tienda de discos a mercaroslo?). El bueno de Harper nos obsequia además con un par de solos memorables con esa infernal lap-guitar de la que echa mano de vez en cuando. La letra aquí.
Y hoy que me he levantado flamenco, os traigo de propina una bonus-track para vuestro disfrute: la rumbosa With my own two hands (Diamonds on the inside - 2003). Bon apetit!
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