viernes, 1 de junio de 2012

Bad religion - 21st century digital boy

En aquellos 80 de cartón-piedra, donde el sonido de una guitarra era blasfemia y cualquier muestra de naturalidad y sentimiento genuino era motivo de suspicacias y sangrantes agresiones por parte de los popes culturales atornillados a sus butacones de diseño (ciertamente incómodos, naturalmente), sobrevivian bajo el alcance del radar, como los mamíferos en la época de los dinosaurios, algunos irreductibles que todavía creían en el poder de 4 individuos armados de instrumentos, talento y tiempo libre. 

Bad religion, una banda que en su día se etiquetó de punk a falta de mejores argumentos (aquí ya nos la endilgaron con aquella pegatina de rock radical vasco, que lo mismo valía para tirios y troyanos), era uno de esos rebeldes dando la matraca desde el comienzo de los 80 hasta hoy en día. Liderados por un tipo cuando menos curioso de nombre Gregg Graffin (Doctorado en paleontología, ni mas ni menos) y su guitarrista iluminado Brett Gurewitz (fundador del sello discográfico Epitaph, al que se dedicó full time a partir del 1994), sacaron en los 80 sus buenos 5 discos, algunos de ellos verdaderamente memorables y de una carga expresiva que iba lustros por delante de los chavales de Seatle que creían haber descubierto El Dorado. Sin contar que las poderosas letras de Graffin y Gurowitz han sido fuente de reflexión para muchos de los que andábamos por el mundo sabiendo que algo iba mal sin saber concretar (Neo, si tomas la pastilla roja solo te ofrezco la verdad. Morpheus dixit).


Sea. Aquí os dejo una de tantas explosiones de adrenalina que pergeñaron (casi siempre menos de 3 minutos de canción), extraída de su 5º disco Against the grain (1990), muy pero que muy recomendable. La  potencia y la rabia embridadas en 4 acordes de verdadero rock'n'roll con estribillo pegadizo. El abc de este (aun) negocio, vaya. Primero en concierto (falta Gurowitz, que no se reincoporó hasta 2000) y después en el videoclip "redhotchilipipesco" de la época. Que os aproveche.


La letra siguiendo el enlace

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